Es de todos conocido que el limite es un trastorno complejo y costoso en su tratamiento...preguntame a mi cuanto me cuesta soportarme cada mañana.NO,no hablo de dinero.
sábado, 30 de octubre de 2010
Zooterapia
Tratamiento delas emfermedades mentales mediante los animales.
Breve historia
El uso de mascotas como ayudantes de terapias convencionales se remonta a 1792 en Inglaterra, donde se trató enfermos mentales. Posteriormente, en 1867, los animales de compañía intervienen en el tratamiento de epilépticos en Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.
[editar] Beneficios
* Empatía: la relación con el animal favorece el hecho de ponerse en situación de los demás.
* Enfoque exterior: los animales ayudan a las personas que tienen una enfermedad mental, que tienen baja autoestima, depresión, etc., a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que piensen y hablen de los animales, en vez de sus problemas.
* Relaciones: pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente.
* Aceptación: tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. No miran cómo luce o qué cosas dice.
* Entretenimiento: la presencia de un animal da diversión a las personas. Ideal para geriátricos.
* Socialización: estudios han demostrado que las visitas que los animales hacen a las instituciones, ofrecen mayor socialización entre las personas del lugar. Se muestran más alegres, más sociables con los demás, disminuyen la ansiedad y estrés y mejora el estado de ánimo.
* Estímulo mental: ocurre porque se incrementa la comunicación con otras personas, ayudando a la evocación de recuerdos. En instituciones con pacientes con depresión, la presencia de un animal ayuda a aclarar la atmósfera, incrementando la distracción, alegría y el juego, que disminuyen sus sentimientos de aislamiento.
* Beneficios fisiológicos: muchas personas se sienten relajadas cuando los animales están presentes y se produce una disminución de la presión sanguínea; puede existir también un fortalecimiento de los músculos y una mejora en la recuperación de enfermedades del corazón.
Breve historia
El uso de mascotas como ayudantes de terapias convencionales se remonta a 1792 en Inglaterra, donde se trató enfermos mentales. Posteriormente, en 1867, los animales de compañía intervienen en el tratamiento de epilépticos en Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.
[editar] Beneficios
* Empatía: la relación con el animal favorece el hecho de ponerse en situación de los demás.
* Enfoque exterior: los animales ayudan a las personas que tienen una enfermedad mental, que tienen baja autoestima, depresión, etc., a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que piensen y hablen de los animales, en vez de sus problemas.
* Relaciones: pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente.
* Aceptación: tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. No miran cómo luce o qué cosas dice.
* Entretenimiento: la presencia de un animal da diversión a las personas. Ideal para geriátricos.
* Socialización: estudios han demostrado que las visitas que los animales hacen a las instituciones, ofrecen mayor socialización entre las personas del lugar. Se muestran más alegres, más sociables con los demás, disminuyen la ansiedad y estrés y mejora el estado de ánimo.
* Estímulo mental: ocurre porque se incrementa la comunicación con otras personas, ayudando a la evocación de recuerdos. En instituciones con pacientes con depresión, la presencia de un animal ayuda a aclarar la atmósfera, incrementando la distracción, alegría y el juego, que disminuyen sus sentimientos de aislamiento.
* Beneficios fisiológicos: muchas personas se sienten relajadas cuando los animales están presentes y se produce una disminución de la presión sanguínea; puede existir también un fortalecimiento de los músculos y una mejora en la recuperación de enfermedades del corazón.
sábado, 23 de octubre de 2010
que es una fobia social
Una fobia social es un tipo especial de miedo. Todos tenemos miedos a cosas como las serpientes venenosas, los perros rabiosos, las infecciones, los accidentes, aunque este miedo se traduce en un comportamiento de simple cautela frente a las situaciones de peligro y además el miedo AYUDA a estar alerta en la vida cotidiana en vez de INTERFERIR en ella de forma limitante y negativa.
Hablamos de fobias cuando la intensidad con la que experimentamos el miedo frente a los distintos peligros es:
* injustificado por la objetividad del peligro
* inoportuno (no lo sentimos en el momento apropiado)
* desmesurado (sentimos más de lo que deberíamos)
* interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria, y nos reduce nuestra capacidad de acción y goce.
Aunque algunas fobias son muy conocidas, como el miedo irracional a coger el ascensor, nadar, las ratas y cucarachas, por ejemplo, en cambio en la fobia social el miedo se centra en SITUACIONES más complejas y sorprendentes, y además altera totalmente nuestra vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad (a diferencia del miedo a las serpientes que puede ser inocuo si no nos toca trabajar en un zoo)
Todos solemos experimentar incertidumbre, ansiedad e inseguridad al conocer a personas nuevas, pero una vez roto el hielo, la mayoría logra convertir esos encuentros en una experiencia agradable.
En cambio las personas con fobia social experimentan un grado de ansiedad mucho más elevado en estas situaciones.
Puede ser tanto el grado de ansiedad o vergüenza que se produzcan señales físicas delatadoras (sudor, temblor muscular y de voz, rubor, etc.) que nos hacen más vulnerables e inseguros y la situación social, en vez de convertirse en un tiempo aceptable en algo agradable se transforma en algo cada vez más desagradable, con lo que nos desanima a pasar esos malos tragos y utilizar subterfugios de evitación y control de estas penosas situaciones.
El deseo que solemos tener todos de formar parte de los grupos sociales, ser valorados y apreciados se ve gravemente disminuido, con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.
Elementos más importantes de la fobia social:
* Preocupación por llegar a ser el centro de atención cada vez que nos encontramos con alguien.
* Temor a propósito de que alguien nos mire y observe lo que estamos haciendo.
* Temor a que nos presenten.
* Temor a propósito de comer o beber en público
* Dificultad para manejarse en comercios y relaciones administrativas
* Terror a dirigirse a un público o grupo de amigos
* Aversión a realizar llamadas telefónicas y realizar gestiones
* Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el derecho de hacerlo)
* Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el comportamiento de la persona que tiene fobia social consiste en ponerse cerca de la puerta o encargarse de discretas tareas que le permitan huir de la situación.
* Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay gente
* Sensación de que todos nos miran y nos desvalorizan
* Temor a que nuestras intervenciones parezcan ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a 'quedarnos en blanco'.
Algunas personas con fobia social tienden a beber alcohol para ganar así valor y desinhibición.
La fobia social puede ser algo que -a diferencia de la fobia a las serpientes- se nos haga presente cada vez que nos vemos obligados a ser el centro de atención, o si nuestra profesión implica estar expuestos a personas desconocidas con frecuencia (vendedores, actores, músicos, maestros, etc.)
También nos podemos ver obligados a hablar en público (en la escuela, reuniones de trabajo, amigos -cuando son un grupo grande-).
Algunas fobias sociales acentúan el miedo a tratar con el otro sexo a extremos que producen graves dificultades para conseguir pareja.
El miedo no es un estado emocional inmóvil, como un estado de tristeza o alegría. Se alimenta de:
* Los estímulos temidos (estar en algún tipo de situación social que nos produce miedo)
* La anticipación (imaginar las situaciones que podrían suceder y sentir el miedo 'como si' estuvieran sucediendo los acontecimientos temidos)
* los mecanismos de evitación (aunque sea una paradoja el ALIVIO de subir por las escaleras AUMENTA el miedo a coger el ascensor de una persona con fobia al ascensor). Por lo tanto las conductas de 'precaución' como ponerse en un rincón, hablar poco, cruzar la acera, etc. hacen que sintamos MAS miedo la próxima vez.
* Los pensamientos auto-críticos (del estilo "pareceré tonto/a", "debería hablar pero no se me ocurre nada". "estoy haciendo el ridículo", "parezco torpe", "me consideran inferior", etc.).
* La falta de practica en expresión verbal (igual que la falta de ejercicio nos entumece) el expresarse DEMASIADO POCO, dificulta la facilidad y creatividad de comunicación.
* El circulo vicioso que producen las experiencias negativas: como lo hemos pasado mal una vez tememos que la siguiente será igual o peor, con lo esta creencia hace de profecía que se auto-cumple y nos induce a estar más amedrentados e ansiosos la próxima vez, con lo que de nuevo alimentamos el temor para la siguiente ocasión.
* La costumbre de 'repasar' y 'rumiar' lo sucedido: el no haber sido capaces de actuar con la soltura de los demás (el fóbico puede fijarse en la persona más popular y maravillosa para compararse con ella) nos genera desasosiego y ácida incomodidad personal, recordando cada uno de los pequeños detalles de impotencia y comportamiento penoso con la precisión de un latigazo, y de pronto aparecen iluminadas como por un foco las palabras y las cosas que DEBERÍAMOS haber dicho o hecho.
* La propaganda negativa que hacemos sobre la imagen de nuestro Yo. A base de vernos torpes, inseguros, empobrecidos, poco interesantes, etc. un numero elevado de veces, entramos en la 'secta' de los 'no valgo nada', con lo que ya ni nos atrevemos a aspirar a las cosas sanas y bonitas que los demás nos parece que sí tienen derecho a tener (amor, admiración, amistad). Esto puede influir poderosamente en nuestras decisiones (aspiraciones laborales, proyectos, el tipo de pareja que nos parece adecuada, los derechos que creemos que nos merecemos, etc.) .
* La angustia como aparición 'maldita' e 'intrusa'. Nos angustiamos por la posibilidad de sentir angustia y al percibir que nos estamos angustiando sólo por pensarlo sentimos que es una angustia incontrolable. La angustia se convierte por sí misma en el peor enemigo -más allá incluso de las situaciones que empezaron a provocar. Tenemos miedo de tener miedo, y que además ese miedo sea visible y nos delate como miedosos dignos de desprecio.
Síntomas físicos
Los síntomas de la ansiedad que aparecen en la persona que tiene fobia social cuando se expone a lo temido pueden llegar a ser el símbolo de 'lo peor' que le sucede:
* Sequedad de boca (junto a la idea de que uno se 'atrabancará', tartamudeará, toserá, no podrá hablar, etc.)
* Palpitaciones (el corazón parece correr demasiado deprisa o irregularmente y eso producir desmayos, ataques cardíacos, mareos, o algún tipo de colapso)
* Temblores de manos, pies o voz que pueden ser rápidamente observados y delatarnos como 'inferiores' o 'penosos' o 'impresentables'.
* Sudor (en las manos que luego puede que tengamos que presentar en un saludo; sudor corporal que traspasa la ropa y nos avergüenza haciendo nos aparecer como 'indeseables' o 'repugnantes')
* Rubor (angustia + sentimientos intensos de vergüenza)
* Falta de concentración (que nos haga olvidar datos que queríamos decir o desorganice el curso del pensamiento de modo que no sepamos de donde veníamos o a donde queríamos llegar)
¿Y la timidez?
La timidez es una forma atenuada de fobia social, y que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor.
No sabemos si resultaremos competentes, valiosos o apreciables a los demás.
Muchas veces esto esta en agudo contraste con un ambiente familiar en el que hemos sido mimados y protegidos, aunque en otras ocasiones es todo lo contrario: un ambiente familiar autoritario y descalificador también produce futuros tímidos.
Nuestra forma de ser se hace en el ejercicio de relacionarse con los demás, es un resultado de ATREVERSE a ser delante de los demás, mezclándose y entrando en conflictos que uno aprende a ir solucionando sobre la marcha.
La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada, y como no practica no avanza, y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia (y no pasando por los malos tragos y apuros que todos tenemos que traspasar para curarnos de complejos e inseguridades y para resultar hábiles amigos y relacione públicas).
Descubrir lo que somos realmente tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y explorar lo que resulta de ello, y esta es la forma mejor de superar la timidez.
Palabra a palabra obligarnos a nosotros mismos a enseñar LO QUE PENSAMOS pero también -y sobre todo- LO QUE SENTIMOS (como cuando decimos 'me moleta el humo que me hechas a la cara' o 'me gustaría que tomáramos el sábado un café juntos', o 'este fin de semana me apetece ir de excursión con unos amigos que hace tiempo que no veo').
A menudo superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el 'si', 'no', 'tal vez' por frases de cinco minutos).
Dejarse ir hacia una frase que va a ser muy larga es como confiar en tu propio cerebro, en su auto-estimularse, refrescarse y entusiasmarse por una tarea intelectual (en el fondo le encanta, es lo suyo).
La persona tímida tiende a creer que no tiene mucho VALOR, o CAPACIDAD, pero la realidad no es exactamente esa (mucho grandes tímidos han sido perfectamente grande genios científicos o escritores) sino que UNO MISMO/A SE PONE ENCIMA UN PEDRUSCO, inhibiéndose con pensamientos de mal agüero tales como 'lo mio no tiene importancia' 'mis cosas aburren' 'mi interés no coincide con el de los demás' 'podría ofender, aburrir o molestar a alguien' o lindezas parecidas.
Este AUTO-SABOTAJE equivale a que estuviéramos pensando 'seguramente no caminaré recto y estéticamente, pareceré torpe y tropezaré' y como fruto de esta hipótesis tan poco constructiva REALMENTE hasta consiguiéramos andar mal y tropezar.
Nos cuesta encontrar un lugar en el mundo, EL NUESTRO, y en vez de ello caemos en el error de pretender ser OTROS.
Sería buena cosa rebelarnos de una vez por todas y determinarnos a ser espontáneos, aceptando luego con resignación el número amigos y enemigos que ello produzca (por lo menos seríamos felices NOSOTROS y NUESTROS amigos, y nuestra alegría decoraría como un adorno navideño el paisaje de los demás).
¿Un ataque de pánico de regalo?
El nivel de ansiedad puede subir a un punto crítico por encima del cual se produce un 'ataque de pánico' durante unos minutos en los que la persona le parece que pierde el mundo de vista, el equilibrio, o que pudiera enloquecer o estar muriendo de forma repentina.
Los mismos pensamientos de estar 'pillado' 'atrapado' y padeciendo algo 'horrible' actúa de incentivador y mantenedor del ataque. Las complicaciones de los ataques de pánico pueden ser que la persona desarrolle 'agorafobia' o miedo a tener ataques de pánico en situaciones donde ya se han producido o que parezcan una 'encerrona' (un espacio demasiado cerrado, demasiado abierto, demasiados estímulos o gente, estamos lejos o en una situación en la que haríamos un mal papel huyendo).
Algunas personas caen en el alcoholismo o en el consumo de hachis o cocaína o abusando de los tranquilizantes recetados por el médico como una forma de 'capear' estas dificultades sin resolverlas del modo adecuado.
¿Cómo afecta nuestras vidas la fobia social?
Nos empobrece reduciendo a la mitad nuestra vida social, nuestras posibilidades de ocio y progreso profesional.
La frustración que todo ello implica puede reflejarse indirectamente en forma de desánimo general (a veces es causa de caer en un depresión tras un larga etapa vital de sufrimiento) e irritación descontrolada con el circulo familiar íntimo.
Las relaciones que exigen iniciativa, sostén y aportación por nuestra parte se pueden llegar a ver gravemente resentidas y romperse.
Elimina aquellos oportunidades que suelen provenir de la actividad social (hacer amigos en el colegio o en el trabajo, participar en las equipos, promocionarse en el trabajo, etc.) . Puede ocurrirle a un fóbico social que rechace un buen trabajo solamente por el miedo que tiene a las nuevas responsabilidades, especialmente si tiene que tratar con muchas personas y hacer reuniones.
¿Soy un bicho raro?
De 1-2 por mil de los hombre y 2-3 por mil de las mujeres padecen fobia social. Es una dificultad que se conoce bien, tanto el porqué se produce como el modo en el que puede tratarse.
¿Tiene solución?
No es imposible adquirir estas dos capacidad que resolverían el problema:
1. las habilidades expresivas, sociales y de trato que no hayamos podido adquirir en el curso de nuestro aprendizaje por razones de modelos familiares imperfectos, inadecuada intervención escolar o por las dificultades emocionales que hayan interferido.
2. La habilidad de controlar el miedo irracional mediante distintas estrategias de enfrentamiento, control emocional e información psicoterapéutica especializada.
Una ayuda farmacológica puede ser aceptable como un medio de atemperar las dificultades iniciales, especialmente si el nivel de ansiedad produce severos síntomas incapacitantes como intensas taquicardias o ataques de pánico, insomnio y depresión.
¿Puedo solucionarlo por mí mismo/a?
* Algunas lecturas de libros de autoayuda que tratan las fobias de una forma sencilla nos pertrecharán con una mayor comprensión del problema.
* La práctica de la relajación, yoga, y/o ejercicio para bajar el nivel general de ansiedad.
* Ejercicios prácticos de expresión:
o lectura en voz alta del periódico utilizando un tono de voz alto y que tenga contenido emocional;
o grabar un pequeño ejercicio de unos 10 minutos (5 veces a la semana) en el que contemos como si estuviéramos delante de un grupo de personas un asunto que hemos leído, visto en televisión, escuchado en la radio o hemos oído o pensado. El tema ha de ser diferente cada vez. Contra más exagerado es el tono expresando disgusto, placer, admiración, guasa, etc. más efectivo es el ejercicio. No olvidar al final añadir nuestra opinión sobre el asunto. Procurar conforme pasa el tiempo aumentar la longitud de las frases.
* Preparar el terreno hablando en primer lugar en las situaciones mas fáciles (familiares de confianza, vecinos, compañeros de trabajo) introduciendo elementos que impliquen humor, comentarios personales y opiniones atrevidas.
* Procurar adquirir compromisos tales como acudir a las reuniones de vecinos, religiosas o de trabajo, eventos sociales, etc. aunque nuestro papel al principio fuera modesto, pero logrando al menos familiarizarnos más con la situación grupal.
* Hacernos un plan de EXPOSICIÓN gradual a las distintas situaciones sociales que nos agobian intentando hacer progresos pequeños pero continuados.
* Suprimir las conductas anticipatorias que tanta ansiedad inducen al adelantar con los ojos de la imaginación mil situaciones agobiantes, humillantes y desagradables. Es mucho mejor no pensar y si tuviéramos que pasar por una situación temida, por ejemplo una boda, no sufrir hasta el momento en el que comience el banquete (y a ser posible tampoco en medio).
* Tampoco conviene hurgar en la herida más de la cuenta, haciendo agoreras y cínicas disquisiciones de nuestro papel en el mundo. Es mejor concentrarse más en progresar que en criticarse a uno mismo.
* Conviene facilitar el aproximamiento a los distintos ambientes estando al menos al día de las inquietudes y afanes por las que los humanos nos unimos en amistad (preocupaciones sociales, conocer la música actual, el deporte o las modas, procurando si cabe estar en un buen nivel como para poder más adelante tener algo que aportar).
* Preocuparse por saber lo que la mayoría sabe (por ejemplo saber hacer una barbacoa, bailar, conocer los procedimientos administrativos, desenvolverse en un restaurante, etc.)
* Disponer también de una personalidad propia (unos gustos, unas ideas conocidas, unas intereses, etc.) que pueda hacer atrayente y productiva nuestra incorporación en los grupos.
* En los momentos de hablar en público no estar mirando con lupa nuestras sensaciones físicas perturbadoras sino los ojos de los interlocutores, y mirándolos comenzar a hablar LENTO y DETALLADO en vez de rápido y comprimido tal como el "salir rápido" del apuro nos pediría.
* Hacer maniobras de preferencia, tales como sentarnos en el sitio de la mesa que más nos gusta y al lado de la persona que nos cae mejor o en el medio (en vez de sentarnos en el rincón más alejado y junto a la persona que menos nos gusta).
* Si notamos que la voz nos tiembla, en vez de ultimar proseguir hasta que el efecto desaparezca, haciendo que el temblor inicial quede olvidado por un final aceptable o por la simple voluntad de expresarse.
* No exigirse a uno mismo el imperativo más bien contraproducente de pretender ser inteligentes para los demás sino que en vez de RENDIR debemos cambiar la misión a PARTICIPAR.
* Algunos fóbicos sociales han utilizado técnicas de INUNDACIÓN como aceptar un trabajo de cara al público, o presentarse voluntarios en una asociación para obligarse así a 'pasar por el tubo' y superar los problemas de una vez. Este método de 'sacar la muela a mano' no funciona siempre y puede ser una apuesta que sobrepase muestras verdaderas fuerzas.
* Si nos sentimos preparados por haber avanzado en los puntos anteriores nos podemos atrever a llevar a cabo alguna actividad mas eficaz tal como apuntarnos a una asociación, un curso de expresión corporal, un taller de habilidades sociales (en el que mediante juegos didácticos, simulación de situaciones y ensayo de nuevos comportamientos, y en un ambiente de personas con similares dificultades a las nuestras podemos quemar etapas) o aceptar un trabajo que sabemos que nos pondrá a prueba.
* Sería algo bueno de cara a superar los miedos el reflexionar más allá de lo mal que nos sentimos lo que hay de realidad en los supuestos peligros (miedo al rechazo, a que no nos valoren o a no resultar interesantes y dignos de amor que posiblemente provienen de algunos factores educativos mal aprendidos -o enseñados cabría decir-.
¿Y si no puedo?
Es el momento de acudir a un profesional. Existen distintas psicoterapias exitosas contra la fobia social, siendo un problema clínico relativamente sencillo de solucionar comparado con otros trastornos mentales mayores.
A veces la verdadera dificultad es el orgullo o la cicatería lo que nos impide reconocer que tenemos un grave problema y acudir a un profesional competente.
Si desea realizar una aportación al desarrollo de la web de auto-ayuda pulse:
Comentarios a jcatalan@correo.cop.es
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Hablamos de fobias cuando la intensidad con la que experimentamos el miedo frente a los distintos peligros es:
* injustificado por la objetividad del peligro
* inoportuno (no lo sentimos en el momento apropiado)
* desmesurado (sentimos más de lo que deberíamos)
* interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria, y nos reduce nuestra capacidad de acción y goce.
Aunque algunas fobias son muy conocidas, como el miedo irracional a coger el ascensor, nadar, las ratas y cucarachas, por ejemplo, en cambio en la fobia social el miedo se centra en SITUACIONES más complejas y sorprendentes, y además altera totalmente nuestra vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad (a diferencia del miedo a las serpientes que puede ser inocuo si no nos toca trabajar en un zoo)
Todos solemos experimentar incertidumbre, ansiedad e inseguridad al conocer a personas nuevas, pero una vez roto el hielo, la mayoría logra convertir esos encuentros en una experiencia agradable.
En cambio las personas con fobia social experimentan un grado de ansiedad mucho más elevado en estas situaciones.
Puede ser tanto el grado de ansiedad o vergüenza que se produzcan señales físicas delatadoras (sudor, temblor muscular y de voz, rubor, etc.) que nos hacen más vulnerables e inseguros y la situación social, en vez de convertirse en un tiempo aceptable en algo agradable se transforma en algo cada vez más desagradable, con lo que nos desanima a pasar esos malos tragos y utilizar subterfugios de evitación y control de estas penosas situaciones.
El deseo que solemos tener todos de formar parte de los grupos sociales, ser valorados y apreciados se ve gravemente disminuido, con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.
Elementos más importantes de la fobia social:
* Preocupación por llegar a ser el centro de atención cada vez que nos encontramos con alguien.
* Temor a propósito de que alguien nos mire y observe lo que estamos haciendo.
* Temor a que nos presenten.
* Temor a propósito de comer o beber en público
* Dificultad para manejarse en comercios y relaciones administrativas
* Terror a dirigirse a un público o grupo de amigos
* Aversión a realizar llamadas telefónicas y realizar gestiones
* Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el derecho de hacerlo)
* Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el comportamiento de la persona que tiene fobia social consiste en ponerse cerca de la puerta o encargarse de discretas tareas que le permitan huir de la situación.
* Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay gente
* Sensación de que todos nos miran y nos desvalorizan
* Temor a que nuestras intervenciones parezcan ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a 'quedarnos en blanco'.
Algunas personas con fobia social tienden a beber alcohol para ganar así valor y desinhibición.
La fobia social puede ser algo que -a diferencia de la fobia a las serpientes- se nos haga presente cada vez que nos vemos obligados a ser el centro de atención, o si nuestra profesión implica estar expuestos a personas desconocidas con frecuencia (vendedores, actores, músicos, maestros, etc.)
También nos podemos ver obligados a hablar en público (en la escuela, reuniones de trabajo, amigos -cuando son un grupo grande-).
Algunas fobias sociales acentúan el miedo a tratar con el otro sexo a extremos que producen graves dificultades para conseguir pareja.
El miedo no es un estado emocional inmóvil, como un estado de tristeza o alegría. Se alimenta de:
* Los estímulos temidos (estar en algún tipo de situación social que nos produce miedo)
* La anticipación (imaginar las situaciones que podrían suceder y sentir el miedo 'como si' estuvieran sucediendo los acontecimientos temidos)
* los mecanismos de evitación (aunque sea una paradoja el ALIVIO de subir por las escaleras AUMENTA el miedo a coger el ascensor de una persona con fobia al ascensor). Por lo tanto las conductas de 'precaución' como ponerse en un rincón, hablar poco, cruzar la acera, etc. hacen que sintamos MAS miedo la próxima vez.
* Los pensamientos auto-críticos (del estilo "pareceré tonto/a", "debería hablar pero no se me ocurre nada". "estoy haciendo el ridículo", "parezco torpe", "me consideran inferior", etc.).
* La falta de practica en expresión verbal (igual que la falta de ejercicio nos entumece) el expresarse DEMASIADO POCO, dificulta la facilidad y creatividad de comunicación.
* El circulo vicioso que producen las experiencias negativas: como lo hemos pasado mal una vez tememos que la siguiente será igual o peor, con lo esta creencia hace de profecía que se auto-cumple y nos induce a estar más amedrentados e ansiosos la próxima vez, con lo que de nuevo alimentamos el temor para la siguiente ocasión.
* La costumbre de 'repasar' y 'rumiar' lo sucedido: el no haber sido capaces de actuar con la soltura de los demás (el fóbico puede fijarse en la persona más popular y maravillosa para compararse con ella) nos genera desasosiego y ácida incomodidad personal, recordando cada uno de los pequeños detalles de impotencia y comportamiento penoso con la precisión de un latigazo, y de pronto aparecen iluminadas como por un foco las palabras y las cosas que DEBERÍAMOS haber dicho o hecho.
* La propaganda negativa que hacemos sobre la imagen de nuestro Yo. A base de vernos torpes, inseguros, empobrecidos, poco interesantes, etc. un numero elevado de veces, entramos en la 'secta' de los 'no valgo nada', con lo que ya ni nos atrevemos a aspirar a las cosas sanas y bonitas que los demás nos parece que sí tienen derecho a tener (amor, admiración, amistad). Esto puede influir poderosamente en nuestras decisiones (aspiraciones laborales, proyectos, el tipo de pareja que nos parece adecuada, los derechos que creemos que nos merecemos, etc.) .
* La angustia como aparición 'maldita' e 'intrusa'. Nos angustiamos por la posibilidad de sentir angustia y al percibir que nos estamos angustiando sólo por pensarlo sentimos que es una angustia incontrolable. La angustia se convierte por sí misma en el peor enemigo -más allá incluso de las situaciones que empezaron a provocar. Tenemos miedo de tener miedo, y que además ese miedo sea visible y nos delate como miedosos dignos de desprecio.
Síntomas físicos
Los síntomas de la ansiedad que aparecen en la persona que tiene fobia social cuando se expone a lo temido pueden llegar a ser el símbolo de 'lo peor' que le sucede:
* Sequedad de boca (junto a la idea de que uno se 'atrabancará', tartamudeará, toserá, no podrá hablar, etc.)
* Palpitaciones (el corazón parece correr demasiado deprisa o irregularmente y eso producir desmayos, ataques cardíacos, mareos, o algún tipo de colapso)
* Temblores de manos, pies o voz que pueden ser rápidamente observados y delatarnos como 'inferiores' o 'penosos' o 'impresentables'.
* Sudor (en las manos que luego puede que tengamos que presentar en un saludo; sudor corporal que traspasa la ropa y nos avergüenza haciendo nos aparecer como 'indeseables' o 'repugnantes')
* Rubor (angustia + sentimientos intensos de vergüenza)
* Falta de concentración (que nos haga olvidar datos que queríamos decir o desorganice el curso del pensamiento de modo que no sepamos de donde veníamos o a donde queríamos llegar)
¿Y la timidez?
La timidez es una forma atenuada de fobia social, y que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor.
No sabemos si resultaremos competentes, valiosos o apreciables a los demás.
Muchas veces esto esta en agudo contraste con un ambiente familiar en el que hemos sido mimados y protegidos, aunque en otras ocasiones es todo lo contrario: un ambiente familiar autoritario y descalificador también produce futuros tímidos.
Nuestra forma de ser se hace en el ejercicio de relacionarse con los demás, es un resultado de ATREVERSE a ser delante de los demás, mezclándose y entrando en conflictos que uno aprende a ir solucionando sobre la marcha.
La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada, y como no practica no avanza, y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia (y no pasando por los malos tragos y apuros que todos tenemos que traspasar para curarnos de complejos e inseguridades y para resultar hábiles amigos y relacione públicas).
Descubrir lo que somos realmente tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y explorar lo que resulta de ello, y esta es la forma mejor de superar la timidez.
Palabra a palabra obligarnos a nosotros mismos a enseñar LO QUE PENSAMOS pero también -y sobre todo- LO QUE SENTIMOS (como cuando decimos 'me moleta el humo que me hechas a la cara' o 'me gustaría que tomáramos el sábado un café juntos', o 'este fin de semana me apetece ir de excursión con unos amigos que hace tiempo que no veo').
A menudo superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el 'si', 'no', 'tal vez' por frases de cinco minutos).
Dejarse ir hacia una frase que va a ser muy larga es como confiar en tu propio cerebro, en su auto-estimularse, refrescarse y entusiasmarse por una tarea intelectual (en el fondo le encanta, es lo suyo).
La persona tímida tiende a creer que no tiene mucho VALOR, o CAPACIDAD, pero la realidad no es exactamente esa (mucho grandes tímidos han sido perfectamente grande genios científicos o escritores) sino que UNO MISMO/A SE PONE ENCIMA UN PEDRUSCO, inhibiéndose con pensamientos de mal agüero tales como 'lo mio no tiene importancia' 'mis cosas aburren' 'mi interés no coincide con el de los demás' 'podría ofender, aburrir o molestar a alguien' o lindezas parecidas.
Este AUTO-SABOTAJE equivale a que estuviéramos pensando 'seguramente no caminaré recto y estéticamente, pareceré torpe y tropezaré' y como fruto de esta hipótesis tan poco constructiva REALMENTE hasta consiguiéramos andar mal y tropezar.
Nos cuesta encontrar un lugar en el mundo, EL NUESTRO, y en vez de ello caemos en el error de pretender ser OTROS.
Sería buena cosa rebelarnos de una vez por todas y determinarnos a ser espontáneos, aceptando luego con resignación el número amigos y enemigos que ello produzca (por lo menos seríamos felices NOSOTROS y NUESTROS amigos, y nuestra alegría decoraría como un adorno navideño el paisaje de los demás).
¿Un ataque de pánico de regalo?
El nivel de ansiedad puede subir a un punto crítico por encima del cual se produce un 'ataque de pánico' durante unos minutos en los que la persona le parece que pierde el mundo de vista, el equilibrio, o que pudiera enloquecer o estar muriendo de forma repentina.
Los mismos pensamientos de estar 'pillado' 'atrapado' y padeciendo algo 'horrible' actúa de incentivador y mantenedor del ataque. Las complicaciones de los ataques de pánico pueden ser que la persona desarrolle 'agorafobia' o miedo a tener ataques de pánico en situaciones donde ya se han producido o que parezcan una 'encerrona' (un espacio demasiado cerrado, demasiado abierto, demasiados estímulos o gente, estamos lejos o en una situación en la que haríamos un mal papel huyendo).
Algunas personas caen en el alcoholismo o en el consumo de hachis o cocaína o abusando de los tranquilizantes recetados por el médico como una forma de 'capear' estas dificultades sin resolverlas del modo adecuado.
¿Cómo afecta nuestras vidas la fobia social?
Nos empobrece reduciendo a la mitad nuestra vida social, nuestras posibilidades de ocio y progreso profesional.
La frustración que todo ello implica puede reflejarse indirectamente en forma de desánimo general (a veces es causa de caer en un depresión tras un larga etapa vital de sufrimiento) e irritación descontrolada con el circulo familiar íntimo.
Las relaciones que exigen iniciativa, sostén y aportación por nuestra parte se pueden llegar a ver gravemente resentidas y romperse.
Elimina aquellos oportunidades que suelen provenir de la actividad social (hacer amigos en el colegio o en el trabajo, participar en las equipos, promocionarse en el trabajo, etc.) . Puede ocurrirle a un fóbico social que rechace un buen trabajo solamente por el miedo que tiene a las nuevas responsabilidades, especialmente si tiene que tratar con muchas personas y hacer reuniones.
¿Soy un bicho raro?
De 1-2 por mil de los hombre y 2-3 por mil de las mujeres padecen fobia social. Es una dificultad que se conoce bien, tanto el porqué se produce como el modo en el que puede tratarse.
¿Tiene solución?
No es imposible adquirir estas dos capacidad que resolverían el problema:
1. las habilidades expresivas, sociales y de trato que no hayamos podido adquirir en el curso de nuestro aprendizaje por razones de modelos familiares imperfectos, inadecuada intervención escolar o por las dificultades emocionales que hayan interferido.
2. La habilidad de controlar el miedo irracional mediante distintas estrategias de enfrentamiento, control emocional e información psicoterapéutica especializada.
Una ayuda farmacológica puede ser aceptable como un medio de atemperar las dificultades iniciales, especialmente si el nivel de ansiedad produce severos síntomas incapacitantes como intensas taquicardias o ataques de pánico, insomnio y depresión.
¿Puedo solucionarlo por mí mismo/a?
* Algunas lecturas de libros de autoayuda que tratan las fobias de una forma sencilla nos pertrecharán con una mayor comprensión del problema.
* La práctica de la relajación, yoga, y/o ejercicio para bajar el nivel general de ansiedad.
* Ejercicios prácticos de expresión:
o lectura en voz alta del periódico utilizando un tono de voz alto y que tenga contenido emocional;
o grabar un pequeño ejercicio de unos 10 minutos (5 veces a la semana) en el que contemos como si estuviéramos delante de un grupo de personas un asunto que hemos leído, visto en televisión, escuchado en la radio o hemos oído o pensado. El tema ha de ser diferente cada vez. Contra más exagerado es el tono expresando disgusto, placer, admiración, guasa, etc. más efectivo es el ejercicio. No olvidar al final añadir nuestra opinión sobre el asunto. Procurar conforme pasa el tiempo aumentar la longitud de las frases.
* Preparar el terreno hablando en primer lugar en las situaciones mas fáciles (familiares de confianza, vecinos, compañeros de trabajo) introduciendo elementos que impliquen humor, comentarios personales y opiniones atrevidas.
* Procurar adquirir compromisos tales como acudir a las reuniones de vecinos, religiosas o de trabajo, eventos sociales, etc. aunque nuestro papel al principio fuera modesto, pero logrando al menos familiarizarnos más con la situación grupal.
* Hacernos un plan de EXPOSICIÓN gradual a las distintas situaciones sociales que nos agobian intentando hacer progresos pequeños pero continuados.
* Suprimir las conductas anticipatorias que tanta ansiedad inducen al adelantar con los ojos de la imaginación mil situaciones agobiantes, humillantes y desagradables. Es mucho mejor no pensar y si tuviéramos que pasar por una situación temida, por ejemplo una boda, no sufrir hasta el momento en el que comience el banquete (y a ser posible tampoco en medio).
* Tampoco conviene hurgar en la herida más de la cuenta, haciendo agoreras y cínicas disquisiciones de nuestro papel en el mundo. Es mejor concentrarse más en progresar que en criticarse a uno mismo.
* Conviene facilitar el aproximamiento a los distintos ambientes estando al menos al día de las inquietudes y afanes por las que los humanos nos unimos en amistad (preocupaciones sociales, conocer la música actual, el deporte o las modas, procurando si cabe estar en un buen nivel como para poder más adelante tener algo que aportar).
* Preocuparse por saber lo que la mayoría sabe (por ejemplo saber hacer una barbacoa, bailar, conocer los procedimientos administrativos, desenvolverse en un restaurante, etc.)
* Disponer también de una personalidad propia (unos gustos, unas ideas conocidas, unas intereses, etc.) que pueda hacer atrayente y productiva nuestra incorporación en los grupos.
* En los momentos de hablar en público no estar mirando con lupa nuestras sensaciones físicas perturbadoras sino los ojos de los interlocutores, y mirándolos comenzar a hablar LENTO y DETALLADO en vez de rápido y comprimido tal como el "salir rápido" del apuro nos pediría.
* Hacer maniobras de preferencia, tales como sentarnos en el sitio de la mesa que más nos gusta y al lado de la persona que nos cae mejor o en el medio (en vez de sentarnos en el rincón más alejado y junto a la persona que menos nos gusta).
* Si notamos que la voz nos tiembla, en vez de ultimar proseguir hasta que el efecto desaparezca, haciendo que el temblor inicial quede olvidado por un final aceptable o por la simple voluntad de expresarse.
* No exigirse a uno mismo el imperativo más bien contraproducente de pretender ser inteligentes para los demás sino que en vez de RENDIR debemos cambiar la misión a PARTICIPAR.
* Algunos fóbicos sociales han utilizado técnicas de INUNDACIÓN como aceptar un trabajo de cara al público, o presentarse voluntarios en una asociación para obligarse así a 'pasar por el tubo' y superar los problemas de una vez. Este método de 'sacar la muela a mano' no funciona siempre y puede ser una apuesta que sobrepase muestras verdaderas fuerzas.
* Si nos sentimos preparados por haber avanzado en los puntos anteriores nos podemos atrever a llevar a cabo alguna actividad mas eficaz tal como apuntarnos a una asociación, un curso de expresión corporal, un taller de habilidades sociales (en el que mediante juegos didácticos, simulación de situaciones y ensayo de nuevos comportamientos, y en un ambiente de personas con similares dificultades a las nuestras podemos quemar etapas) o aceptar un trabajo que sabemos que nos pondrá a prueba.
* Sería algo bueno de cara a superar los miedos el reflexionar más allá de lo mal que nos sentimos lo que hay de realidad en los supuestos peligros (miedo al rechazo, a que no nos valoren o a no resultar interesantes y dignos de amor que posiblemente provienen de algunos factores educativos mal aprendidos -o enseñados cabría decir-.
¿Y si no puedo?
Es el momento de acudir a un profesional. Existen distintas psicoterapias exitosas contra la fobia social, siendo un problema clínico relativamente sencillo de solucionar comparado con otros trastornos mentales mayores.
A veces la verdadera dificultad es el orgullo o la cicatería lo que nos impide reconocer que tenemos un grave problema y acudir a un profesional competente.
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sábado, 16 de octubre de 2010
Que piensa la sociedad sobre los tlp.Historia del tlp
La personalidad es un conjunto de rasgos distintivos, estilos y patrones de comportamiento que conforman el carácter individual. También la manera de percibir el mundo, las actitudes, los pensamientos y los sentimientos constituyen elementos integrantes de la personalidad.
Un trastorno de personalidad en general se caracteriza por ser un patrón de relación, percepción, comportamiento y pensamiento permanente e inflexible lo suficientemente serio como para causar angustia así como para impedir que quien lo padece se relacione plenamente con el entorno. Generalmente se manifiesta en la adolescencia o bien al principio de la edad adulta. El trastorno se mantiene estable a lo largo del tiempo, por lo que comporta malestar y perjuicios para el sujeto.
Las personas con un trastorno de la personalidad (TP) tienen grandes dificultades para aceptar y adaptarse a las tensiones normales que genera la vida cotidiana. Tienden a ser inflexibles, rígidas e incapaces de responder a los cambios y demandas diarias.
La clasificación más actual que hace el DSM contempla un total de 10 TP diferentes divididos en tres grupos o cluster:
A: Paranoico, esquizoide, esquizotípico
B: Histriónico, narcisista, antisocial y límite
C: Obsesivo compulsivo, dependiente, por evitación
A lo largo de la historia de la psiquiatría los TP han sido los grandes marginados a la hora de intervenir terapéuticamente porque se partía de la base de que eran rasgos inmodificables y de que había que tratar sólo los síntomas puntuales. Incluso se ha negado que fuesen patologías o trastornos mentales.
Afortunadamente esta concepción está cambiando de forma evidente sobre todo a partir de las décadas 80-90 cuando empezaron a publicarse los primeros manuales monográficos de tratamiento de los TP ( Kernberg, Gunderson, M. Linehan)
Existen varias razones por las cuales pensamos que hay tomar a los TP como un problema de salud pública y dedicar los esfuerzos necesarios para abordarlos:
1. Frecuencia
Los trastornos de personalidad en general afectan entre un 5-10% de la población y suponen un tercio de los pacientes ingresados pero sólo uno de cada tres llega a ser realmente diagnosticado. Solamente el TLP es el doble de frecuente que la esquizofrenia
2. Gravedad
Muchos de los TP son trastornos graves de tipo crónico que suponen un enorme sufrimiento y desgaste tanto para los afectados como para las personas que conviven con ellos. Suponen riesgo de suicidios, toxicomanías, delincuencia, marginalidad, absentismo laboral, conflictos intra familiares, y un gasto público considerable de tipo sanitario debido a las continuas crisis y recaídas fruto de una atención insuficiente.
3. Asistencia insuficiente
Hoy por hoy en España la asistencia terapéutica adecuada y cobertura ( tanto pública como privada ) a diversos niveles para afectados por el TLP y otros trastornos graves de Personalidad y para familiares o personas encargados de ellos es insuficiente. Habitualmente son discriminados de programas de atención social o sanitaria por su dificultad y conflictividad. No existen los recursos humanos formados para abordar esta problemática. Estos pacientes llevan trayectorias de años deambulando por clínicas y hospitales en donde suelen ser la "patata caliente".
4. Buenas posibilidades de mejora
Bajo una plan terapéutico adecuado y un tratamiento farmacológico orientado individualmente se pueden conseguir mejoras apreciables en estos pacientes.
5. Más motivación para los profesionales
Trabajar con estos pacientes puede llegar a suponer un gran estrés y no pocas frustraciones. Es necesario mejorar la formación teórica y práctica cualificadas y facilitar el apoyo y supervisión para estos profesionales.
6. Más material didáctico e informativo
No existe apenas literatura monográfica actual sobre el TLP y otros TP en castellano. Hay que fomentar las traducciones y publicación de nuevos textos tanto para profesionales como libros de autoayuda para los propios afectados y familiares; dichos textos se consiguen hoy sólo en inglés.
7. Ahorro en el sistema sanitario
Los costes que supone un tratamiento cualificado son siempre menores que los costes a largo plazo que paga la sociedad por las consecuencias de una asistencia deficiente.
Un trastorno de personalidad en general se caracteriza por ser un patrón de relación, percepción, comportamiento y pensamiento permanente e inflexible lo suficientemente serio como para causar angustia así como para impedir que quien lo padece se relacione plenamente con el entorno. Generalmente se manifiesta en la adolescencia o bien al principio de la edad adulta. El trastorno se mantiene estable a lo largo del tiempo, por lo que comporta malestar y perjuicios para el sujeto.
Las personas con un trastorno de la personalidad (TP) tienen grandes dificultades para aceptar y adaptarse a las tensiones normales que genera la vida cotidiana. Tienden a ser inflexibles, rígidas e incapaces de responder a los cambios y demandas diarias.
La clasificación más actual que hace el DSM contempla un total de 10 TP diferentes divididos en tres grupos o cluster:
A: Paranoico, esquizoide, esquizotípico
B: Histriónico, narcisista, antisocial y límite
C: Obsesivo compulsivo, dependiente, por evitación
A lo largo de la historia de la psiquiatría los TP han sido los grandes marginados a la hora de intervenir terapéuticamente porque se partía de la base de que eran rasgos inmodificables y de que había que tratar sólo los síntomas puntuales. Incluso se ha negado que fuesen patologías o trastornos mentales.
Afortunadamente esta concepción está cambiando de forma evidente sobre todo a partir de las décadas 80-90 cuando empezaron a publicarse los primeros manuales monográficos de tratamiento de los TP ( Kernberg, Gunderson, M. Linehan)
Existen varias razones por las cuales pensamos que hay tomar a los TP como un problema de salud pública y dedicar los esfuerzos necesarios para abordarlos:
1. Frecuencia
Los trastornos de personalidad en general afectan entre un 5-10% de la población y suponen un tercio de los pacientes ingresados pero sólo uno de cada tres llega a ser realmente diagnosticado. Solamente el TLP es el doble de frecuente que la esquizofrenia
2. Gravedad
Muchos de los TP son trastornos graves de tipo crónico que suponen un enorme sufrimiento y desgaste tanto para los afectados como para las personas que conviven con ellos. Suponen riesgo de suicidios, toxicomanías, delincuencia, marginalidad, absentismo laboral, conflictos intra familiares, y un gasto público considerable de tipo sanitario debido a las continuas crisis y recaídas fruto de una atención insuficiente.
3. Asistencia insuficiente
Hoy por hoy en España la asistencia terapéutica adecuada y cobertura ( tanto pública como privada ) a diversos niveles para afectados por el TLP y otros trastornos graves de Personalidad y para familiares o personas encargados de ellos es insuficiente. Habitualmente son discriminados de programas de atención social o sanitaria por su dificultad y conflictividad. No existen los recursos humanos formados para abordar esta problemática. Estos pacientes llevan trayectorias de años deambulando por clínicas y hospitales en donde suelen ser la "patata caliente".
4. Buenas posibilidades de mejora
Bajo una plan terapéutico adecuado y un tratamiento farmacológico orientado individualmente se pueden conseguir mejoras apreciables en estos pacientes.
5. Más motivación para los profesionales
Trabajar con estos pacientes puede llegar a suponer un gran estrés y no pocas frustraciones. Es necesario mejorar la formación teórica y práctica cualificadas y facilitar el apoyo y supervisión para estos profesionales.
6. Más material didáctico e informativo
No existe apenas literatura monográfica actual sobre el TLP y otros TP en castellano. Hay que fomentar las traducciones y publicación de nuevos textos tanto para profesionales como libros de autoayuda para los propios afectados y familiares; dichos textos se consiguen hoy sólo en inglés.
7. Ahorro en el sistema sanitario
Los costes que supone un tratamiento cualificado son siempre menores que los costes a largo plazo que paga la sociedad por las consecuencias de una asistencia deficiente.
que caracteristicas tenemos los tlp
Se caracteriza por la inestabilidad emocional, la ira, el fracaso. La persona sufre de una urgente necesidad de amor, aunque no logra sentirse amada a causa de su desconfianza, y esto conforma un círculo vicioso del que no puede escapar.
Aqueja a personas que por alguna razón sufrieron interferencias en su desarrollo infantil, no han podido evolucionar, y se sienten inseguras de sí mismas y del mundo que las rodea.
Es una enfermedad frecuente en la sociedad actual, aunque sea reconocido como tal, solamente en los casos más graves. La persona se siente agobiada por emociones contrapuestas, siente desconfianza de todo, un gran vacío, es agresivo, no sabe amar ni sentirse amado y entonces experimenta una enorme soledad, es autodestructivo, no se adapta socialmente, etc.
El TLP es una defensa psicológica contra dos problemas: la falta de amor y seguridad emocional durante la infancia; y la hostilidad, individualismo, y desconfianza, vigentes en la sociedad actual.
Los adolescentes son los más expuestos a este trastorno, y las consecuencias aparejadas son la violencia, fracaso escolar, adicciones, delincuencia, bulimia y anorexia, autolesiones, abandono del hogar, etc.
Diagnóstico:
Los test psicológicos muestran una exactitud de apenas 85 a 89%. Ante un paciente con múltiples síntomas, por lo general, fatiga, jaquecas, estrés, depresión, etc. el psicólogo toma precauciones para determinar si puede tratarse de un TLP. Si se comprueba que experimenta más de cinco de los síntomas que aparecen descritos en el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales. En dicho caso, el psicólogo comienza un tratamiento, que puede incluir fluoxetina (Prozac), con una posterior evaluación, una semana más tarde.
Tratamiento:
Medicamentos : El Prozac (fluoxetina), provoca un aumento en la serotonina, que elimina los cambios de carácter. Los neurolépticos ayudan en momentos de estrés y de disforia. Pueden ser: Haldol, Mellaril, etc. El Tegretol (carbamacepina), reduce los episodios de descontrol de la conducta. Muchos borderline tienen síntomas de tiroidismo, presentan niveles por debajo de la media en los exámenes sanguíneos.
Alrededor del 20% de los borderline muestran deficiencia de vitamina B12, mostrando síntomas de fatiga, rigidez en las extremidades inferiores y disestesia.
Terapia:
La terapia psicodinámica intenta mejorar la autoestima del paciente, liberar sus rencores ocultos, orientar positivamente su narcisismo, fomentar la confianza en los demás. Los TLP denotan una inmadurez emocional ocasionada por carencias afectivas, que los hacen infelices y también a los demás.
Este trastorno puede aliviarse ayudando al paciente a confiar en sí mismo y en los demás, valorarse y quererse, concretar sus sueños pendientes. Para ello es necesario un terapeuta paciente y comprensivo, que de algún modo, retome la crianza del niño desdichado que hay dentro del paciente.
El tratamiento es largo, debe subsanar sentimientos subyacentes en lo más profundo de la persona, como son: el miedo, el desamor, la rabia, la culpa. Este proceso se ve obstaculizado por la natural desconfianza del paciente, y su miedo a dejar de ser él mismo.
El paciente borderline debe mantenerse libre de situaciones de estrés. Ayudan también el ejercicio físico y las técnicas de relajación. El TLP no puede eliminarse completamente, sería como intentar remodelar totalmente la estructura de un edificio sin demolerlo previamente. Pero sí pueden lograrse mejoras importantes, que permitan al sujeto vivir de un modo más pleno
Aqueja a personas que por alguna razón sufrieron interferencias en su desarrollo infantil, no han podido evolucionar, y se sienten inseguras de sí mismas y del mundo que las rodea.
Es una enfermedad frecuente en la sociedad actual, aunque sea reconocido como tal, solamente en los casos más graves. La persona se siente agobiada por emociones contrapuestas, siente desconfianza de todo, un gran vacío, es agresivo, no sabe amar ni sentirse amado y entonces experimenta una enorme soledad, es autodestructivo, no se adapta socialmente, etc.
El TLP es una defensa psicológica contra dos problemas: la falta de amor y seguridad emocional durante la infancia; y la hostilidad, individualismo, y desconfianza, vigentes en la sociedad actual.
Los adolescentes son los más expuestos a este trastorno, y las consecuencias aparejadas son la violencia, fracaso escolar, adicciones, delincuencia, bulimia y anorexia, autolesiones, abandono del hogar, etc.
Diagnóstico:
Los test psicológicos muestran una exactitud de apenas 85 a 89%. Ante un paciente con múltiples síntomas, por lo general, fatiga, jaquecas, estrés, depresión, etc. el psicólogo toma precauciones para determinar si puede tratarse de un TLP. Si se comprueba que experimenta más de cinco de los síntomas que aparecen descritos en el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales. En dicho caso, el psicólogo comienza un tratamiento, que puede incluir fluoxetina (Prozac), con una posterior evaluación, una semana más tarde.
Tratamiento:
Medicamentos : El Prozac (fluoxetina), provoca un aumento en la serotonina, que elimina los cambios de carácter. Los neurolépticos ayudan en momentos de estrés y de disforia. Pueden ser: Haldol, Mellaril, etc. El Tegretol (carbamacepina), reduce los episodios de descontrol de la conducta. Muchos borderline tienen síntomas de tiroidismo, presentan niveles por debajo de la media en los exámenes sanguíneos.
Alrededor del 20% de los borderline muestran deficiencia de vitamina B12, mostrando síntomas de fatiga, rigidez en las extremidades inferiores y disestesia.
Terapia:
La terapia psicodinámica intenta mejorar la autoestima del paciente, liberar sus rencores ocultos, orientar positivamente su narcisismo, fomentar la confianza en los demás. Los TLP denotan una inmadurez emocional ocasionada por carencias afectivas, que los hacen infelices y también a los demás.
Este trastorno puede aliviarse ayudando al paciente a confiar en sí mismo y en los demás, valorarse y quererse, concretar sus sueños pendientes. Para ello es necesario un terapeuta paciente y comprensivo, que de algún modo, retome la crianza del niño desdichado que hay dentro del paciente.
El tratamiento es largo, debe subsanar sentimientos subyacentes en lo más profundo de la persona, como son: el miedo, el desamor, la rabia, la culpa. Este proceso se ve obstaculizado por la natural desconfianza del paciente, y su miedo a dejar de ser él mismo.
El paciente borderline debe mantenerse libre de situaciones de estrés. Ayudan también el ejercicio físico y las técnicas de relajación. El TLP no puede eliminarse completamente, sería como intentar remodelar totalmente la estructura de un edificio sin demolerlo previamente. Pero sí pueden lograrse mejoras importantes, que permitan al sujeto vivir de un modo más pleno
La ansiedad
La ansiedad (del latín anxietas, 'angustia, aflicción') es un estado que se caracteriza por un incremento de las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo de incrementar el nivel de algún elemento que en esos momentos se encuentra por debajo del nivel adecuado, o -por el contrario- ante el temor de perder un bien preciado.
La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. En la actualidad se estima que un 20.5% o más de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos:
-Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, "nudo" en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.
-Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor la muerte, la locura, o el suicidio.
-De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.
-Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.
Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.
No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición biológica y/ o psicológica, se muestra mal vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.
La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. En la actualidad se estima que un 20.5% o más de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos:
-Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, "nudo" en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.
-Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor la muerte, la locura, o el suicidio.
-De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.
-Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.
Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.
No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición biológica y/ o psicológica, se muestra mal vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Ya no más etiquetas
Estaba yo imaginando el otro dia qué habria sido de mi si no tubiera tlp.Seguramente las cosas fueran sido distintas,quizás fuera trabajado en algo importante. ¿Quien sabe? nunca lo sabré porque desde que tengo 22 años tengo una incapacidad .Antes no trabajar era que te vieran como una tarada,una inútil,alguien que no era capaz de afrontar la vida ni de llevarla adelante como cualquier persona ¿normal?. Ahora las cosas han cambiado. El paro,la crísis hacen que encontrar trabajo sea cada vez más dificil,pero tambien es menor el número de personas con una discapacitación que esten cobrando. Se han adaptado trabajos ajustados a cada persona según su minusvalia.Así pués podemos encontrar una persona con trastorno limite y multiples ingresos en centros psiquiatricos que mantiene una vida laboral activa en una comunidad que comparte sus mismas caracteristicas. Otros con una medicación adecuada pueden,incluso,estar insertados en un trabajo normal pero adecuado para discapacitados.Ya pasó el tiempo en que se te etiquetaba de "loca" y no servias para nada,siendo un estorbo para tu propia familia que al final se acababan cansando de las crisis y tu único futuro era acabar en un centro cuando murieran tus padres.
sábado, 2 de octubre de 2010
SOLICITAR CERTIFICADO DE DISCAPACIDAD EN CATALUÑA
El primer paso a dar es solicitar el reconocimiento de grado de discapacidad..El ICASS (Institut Catala d`Assistencia Sanitaria i Serveis Socials) más concretamente el equipo de valoración y orientación (EVO) de los centros de atención a personas con discapacidad (CAD) es el encargado de realizar la calificación y la orientación de las personas con disminución.
El certificado de discapacidad es un documento acreditativo para aquellas personas que padecen alguna enfermedad o transtorno permanente y que puede comportar algunas limitaciones y/o dificultades en el desarroyo delas actividades diarias.
Para solicitar el certificado hay que ellenar un impreso normalizado con los datos personales del afectado,junto con el DNI en cualquier oficina o centro de l Departamento de Benestar Social i Familia de la Generalitat de Catalunya.(telefono de información :900 300 500.
Posteriormente se notificará por correo ordinario la fecha en la que el solicitante ha de presentarse para presentar los documentos y certificados médicos y psiquiatricos.Con esto y con unod baremos ya establecidos en un protocolo,el equipo médico(formado por un médico,psicologo y asistente Social) emitiran una valoración del grado de discapacidad.
El certificado de discapacidad es un documento acreditativo para aquellas personas que padecen alguna enfermedad o transtorno permanente y que puede comportar algunas limitaciones y/o dificultades en el desarroyo delas actividades diarias.
Para solicitar el certificado hay que ellenar un impreso normalizado con los datos personales del afectado,junto con el DNI en cualquier oficina o centro de l Departamento de Benestar Social i Familia de la Generalitat de Catalunya.(telefono de información :900 300 500.
Posteriormente se notificará por correo ordinario la fecha en la que el solicitante ha de presentarse para presentar los documentos y certificados médicos y psiquiatricos.Con esto y con unod baremos ya establecidos en un protocolo,el equipo médico(formado por un médico,psicologo y asistente Social) emitiran una valoración del grado de discapacidad.
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